Redacción. Madrid
Alrededor de 60 especialistas de todo el mundo han analizado, durante el 9º Simposio de Terapia con Células Madre e Innovación Cardiovascular, en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el estado actual de la organización nacional y supranacional de la investigación clínica sobre este campo de la biomedicina. En el foro, su director y jefe del Servicio de Cardiología del centro anfitrión, Francisco Fernández-Avilés, ha declarado que “se necesitan directrices claras que focalicen los recursos a la búsqueda de respuestas para preguntas verdaderamente prioritarias. También se necesita organizar esta investigación a través de redes internacionales de centros de excelencia”.
Investigadores de la Recava (Red de Investigación Cardiovascular).
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En este sentido, Fernández-Avilés añadió que “será enormemente interesante conocer la experiencia presentada en este simposio por el profesor Simari, coordinador del la Red de Terapia Celular Cardiovascular instaurada por el Gobierno de Estados Unidos por medio del prestigioso NIH (National Institutes of Health).
Por su parte, Antonio Andreu, subdirector general de Evaluación y Fomento de Investigación del Instituto de Salud Carlos III, ha puntualizado que “en estos momentos complicados por el marco financiero actual, desde el organismo financiador de la investigación biomédica en este país estamos totalmente convencidos de que, este momento de dificultad, lo es también de oportunidad para crear un escenario nuevo en el cual seamos capaces de proyectarnos hacia un escenario totalmente competitivo. Creemos profundamente que este país ha avanzado de una manera absolutamente impactante en las capacidades de transferencia de las investigaciones y uno de los elementos que más ha contribuido a esto ha sido la capacidad de los científicos y las instituciones”. Andreu ha destacado como elementos fundamentales los Institutos de Investigación Sanitaria y las Redes Temáticas de Investigación Cooperativa, poniendo como ejemplo la Recava (Red Cardiovascular) y la Tercel (Red de Terapia Celular) y su capacidad de articular sinergias que potencian las capacidades de transferencia de los procesos.
“En un sistema en el cual existía un excesivo nivel de fraccionamiento, un excesivo nivel de individualismo y hasta un excesivo nivel de personalismo; estos son los momentos en los cuales tenemos que tener visión colectiva para darnos cuenta que todos estamos en el mismo barco. Debemos remar todos en la misma dirección y no solo con la misma fuerza, sino todos con el mismo ritmo”, concluyó. En el simposio se ha dado a conocer la organización del estudio paneuropeo BAMI, financiado por la Unión Europea por medio del Séptimo Programa Marco y que contado con la participación de once países europeos y una importante involucración de los centros españoles. El profesor Zeiher, de Frankfurt, explicó los detalles de la iniciativa.
El corazón, el primer órgano
“La investigación sobre terapia con células madre se encuentra en un punto crítico en el que se necesita un gran avance”. Así lo aseguró John Martin, del Centre for Cardiovascular Biology & Medicine (Londres), quien además auguró que el corazón será seguramente el primer órgano en el que se demuestre el poder de la terapia celular. Según Martin la financiación del estudio BAMI por parte de la Comisión Europea será definitiva para darle el impulso que necesita. Frente a los tiempos en que demasiados científicos competían entre sí sin colaborar, afirma Martin, ahora estamos ante un importante estudio científico que precisamente es fruto de la colaboración entre un gran equipo de diferentes científicos trabajando bajo un mismo objetivo. Martin se atrevió a afirmar además que dentro de cinco años el uso de células madre autólogas será generalizado en el tratamiento de enfermedades cardiacas.
Al esfuerzo investigador en medio de la actual coyuntura económica se ha referido, asimismo, el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, el Dr. Vicente Bertomeu, al declarar que “en la actual situación económica y social, el apoyo a la investigación médica como apuesta por la innovación es una responsabilidad de los profesionales y de las sociedades científicas”. “Estamos convencidos de que estas inversiones a medio y largo plazo son imprescindibles, no solo para el mantenimiento del desarrollo científico, sino para la sostenibilidad de nuestro sistema económico”, ha indicado. La masa crítica de jóvenes investigadores dispuso de un apartado propio en el foro y, por primera vez, el programa incluyó talleres prácticos dedicados al procesado celular, la bioingeniería y el desarrollo de estudios clínicos.
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